Guatapé, el pueblo más colorido de Colombia

Nota del editor: Esta es la 5ta nota de la serie Colombia en tiempos de pandemia

Algunos pensarán que Cartagena, la ciudad amurallada, es la ciudad más bonita y colorida de Colombia. Y sí, aunque lo es, también existen otras localidades que llaman la atención por su arquitectura, historia y colores. Uno de esos lugares lo es Guatapé, a dos horas, aproximadamente, de Medellín.

En 1970 este lugar enfrentó una encrucijada cuando se anunció que, parte del municipio, debía ser inundado para construir el complejo hidroeléctrico de las Empresas Públicas de Medellín, una represa de importancia energética para Colombia. A pesar de las dificultades que supuso la reubicación de un municipio, este pueblo, de poco más de ocho mil habitantes, ha sabido renacer haciendo de este lugar uno de los más visitados por los visitantes nacionales y extranjeros.

Las calles del pueblo están pintadas de muchos colores y predominan las construcciones de dos pisos en las que sobresalen balcones de madera. Sin duda, lo que más llama la atención son los zócalos, dibujos y pinturas a relieve con los que se adornan las casas del pueblo. Son obras de arte que narran historias y que hacen referencia a las costumbres, a la flora, a la fauna, a los símbolos patrios, y a los oficios de la gente del pueblo.

Este pueblo se puede caminar por un espacio de dos o tres horas en las que se puede compartir con los locales, siempre amables y abiertos a compartir sus tradiciones y cultura.

La cercanía al embalse da a los visitantes la posibilidad de realizar deportes acuáticos, mientras que la vegetación de bosque que rodea el municipio permite que actividades como el senderismo, cabalgatas o una biciclietada por las montañas. Guatapé es un destino hermoso y entretenido, ideal para visitar en cualquier época del año.

Uno de los atractivos turísticos más importantes para visitar es la piedra El Peñol de Guatapé. Es un monolito de 220 metros de altura ubicado entre los municipios de Guatapé y El Peñol, que cuenta con 702 escalones hasta la cima.

Una maravilla de la naturaleza desde donde se puede ver la panorámica del embalse de más de 2.200 hectáreas de extensión, que consta de varias islas en tonos verdes rodeadas de aguas tranquilas que invitan a la contemplación y al descanso. Desde allí se observa la antigua ubicación del pueblo, puesto que se ha ubicado una cruz que emerge del agua y sirve de símbolo histórico.

Cuando vayas a subirlo, procura respirar bien y llevar un buen ritmo

porque el proceso de subir suele cansar a muchos. Una vez estés arriba, lo complicado del camino se te olvidará.